Antoine de Saint-Exupery, fue un escritor francés del siglo XX. Escribió novelas como: Tierra de hombres, Ciudadela, Vuelo nocturno, entre otros. Sin embargo, es reconocido por su obra El Principito, cuento en el que además de escribir también dibujó los elementos esenciales como al protagonista y sus amigos.

Las historias de Antoine estuvieron marcadas por las distintas épocas de su vida. Gran parte de esta, tiene relación con su mayor interés y trabajo como aviador. De ahí que, lograra mezclar sus experiencias aéreas con la literatura, otra de sus pasiones. El autor aprovechaba cada una de las anécdotas de sus viajes para escribir inspirándose en los paisajes, personas, animales, experiencias y sensaciones que vivenciaba. Por lo tanto, sus personajes son el reflejo mismo de la sensibilidad y capacidad de observación que tenía Antoine de Saint-Exupery, para combinarla con su habilidad para escribir.

Respecto a El Principito es sin duda una historia bastante completa, debido a que a través de distintos personajes toca temas como: el absurdo a través del farolero, la vanidad con la rosa, la sensibilidad con el Principito, la persistencia, la amistad con el zorro, la ignorancia, el miedo e incluso la muerte. Temas que transforma y aborda desde la ingenuidad con la forma de ser del Principito al hacer constantemente preguntas y reflexionar sobre el significado de las palabras, no solo por lo que transmiten sino por lo que pueden llegar a representar para él mismo.

Lo cierto es que la historia de El Principito ha logrado cautivar a distintas generaciones, dado a que el autor logró captar en este personaje la esencia de la niñez. Esa etapa de la vida en donde el asombro, el deseo de saber y la inocencia implican aprender nuevas formas de comprender el mundo, de observar y entender que lo que nos rodea no solo nos afecta porque podemos ver lo, sino, que además transforma nuestra manera de interiorizar esas nuevas experiencias.